El Peñón

La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural.

Federico Fellini


El tiempo pasa como la piedra que llega de la mano al vidrio... volando. Pasó incluso nuestro cumpleaños y ni una torta de granito nos hicimos.

Hemos vuelto como el desborde de una montaña con piedras nuevas y más pesadas, asegurando que se nos vienen encima, no sólo las tan sonadas elecciones sino actualizaciones más regulares y menos telarañas de abandono para nuestro querido espacio piedrístico.

Gracias a todos por su (des)espera(ción) y esperamos que este cargamento de escritos sea de su agrado. o que por lo menos sea un chichón para su cabeza.

Las venideras elecciones están hasta en la sopa... y como no, en Tiralapiedra! así que lean y voten por su candidato favorito lanzando una piedra, pero no al monitor por favor, recuerden que es una metáfora.

ACLARATORIA:

En Tiralapiedra queremos negar rotundamente cualquier tipo de conexión real, espiritual, ética, virtual o moral con los grupos subversivos que toman la tiradera de piedras como su actividad principal, así como cualquier tipo de relación con la droga llamada Piedra, así como cualquier nexo con el extinto partido del Conde del Guácharo, así como cualquier unión con la antiquísima Piedra de Rosetta.

De igual manera no nos haremos responsables por corazones, egos y vidrios rotos en la existencia de esta publicación virtual.

Les aseguramos nuestros contenidos tienen un índice de 0.0001% de trascendentalidad para sus vidas. Por tanto serán de beneficio para su salud mental.

Gracias por su visita (sea voluntaria o accidental) de parte del equipo de piedreros: oMar-Mota y Vickys-Térica


Marimar por Moymoy Palaboy

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El día de los días

Hace 3 meses, me uní a diversos grupos de profesionales y de personas que ejercen todo tipo de oficios, que organizaron una larga serie de protestas en la sede principal de la ONU reclamando que sus labores sean reconocidas y celebradas como varias que desde hace bastante tiempo están establecidas.

Nos encadenamos, dejamos de comer -medío día-, nos desnudamos -hasta que llegaron los voyeuristas con sus cámaras-, hicimos de todo porque se nos escuchara.

Un mes después, logramos nuestro cometido. En una sesión ordinaria -no sé qué significa, pero suena como feo- de la Organización de Naciones Unidas se debatió el tema de celebración de ciertos oficios que habían sido olvidados. Se rumoreó que una de nuestras protestantes -traductora de profesión- le habló sucio en 6 idiomas a un chivo... pero no pudimos comprobarlo porque no volvimos a verla más.

En efecto, sin saber porqué ocurrió, se realizó la reunión. Nadie sabía como empezar a debatir el tema, ni de qué hablar. Se les olvidó llamar a cualquiera de nosotros para que expusiera los puntos de nuestra lucha, quienes tuvimos que verlo por televisión. Tuvieron que posponer la discución -que no pasó de ser un mega cuchicheo diplomático- para después del almuerzo.

Después de haber comido lo que parece que fue un elefante con sobrepeso -por el tiempo que se tomaron-, leyeron una hoja de papel con su resolución, escrita improvisadamente en una finísima Montblanc:

"Nosotros creemos justa la conmemoración de aquellos oficios o profesiones que no fueron consideradas hasta la actualidad, pero es un deber de todos admitir que casi no existen días libres para repartir estas nuevas efemérides; es por este motivo que someteremos a votación después de dar lectura a esta acta la propuesta de otorgar el mismo día de celebración a todos los trabajos que fueron representados en las pasadas protestas. La fecha escojida fue el cuarto domingo del siguiente mes... ¿Objeciones? Ninguna. Aprobado. De acuerdo, ya lo saben, si nos están viendo por televisión, tienen su fecha asignada. Felicitaciones"

No hicimos nada ese día porque ya tenemos nuestra fecha asignada para festejar. Lo que hicimos fue esperar a que pasara el tiempo.

Llegó un nuevo mes, terminó la primera semana, la segunda, terminaron mis uñas, la tercera, ya todo estaba preparado. Esto sería a lo grande.

Y lo fué.

Llegó el cuarto domingo del pasado mes, el último, y apenas salió el sol, salieron de todos lados los excluídos de su celebración mundial. La ciudad estuvo por un día completo limpia, sola, tranquila, perfecta. ¿Porqué? los buhoneros también festejaron como saben hacerlo.

Montaron un mega tarantín en el que todos colaboraron. Los cidiceros, nobles vendedores de Cd's y DVD's aportaron sus conocidas cornetas de construcción casera y dimensiones de jugador de basket, capaces de levantar a un muerto con la música que ofrecen a los transeúntes. Los vendederos de tamales, de comida rápida, los que venden hallacas a mitad de año, cachapas, obleas, pinchos, rompecolchones, el jugo-malta-fresco-malta-fresco-jugo, chicha, el oso, la catira, la negra, la ligera, el tetero, el guayoyo y cuanta especia de alimentos y bebidas se le ocurra se ofrecieron a surtir a la gran cantidad de asistentes. También fue improvisado un super-centro de comunicaciones, con varias hileras de toldos y mesas con celulares encadenados.

Los taxistas dejaron de trabajar, porque también es su día, y armaron tremenda parrillada, a la que fueron invitados los camioneteros, los office boy, los mototaxistas y los caleteros. También incluyeron a otros relacionados a sus sectores para mejorar los lazos de amistad, comos los dueños de chiveras, trabajadores de concesionarios. Dicen que se infiltraron unos ladrones de carros, alegando que hay que ser todo un profesional para hacer lo que hacen.

Tratamos de contactar con músicos para q tocaran en una suerte de concierto especial por este feriado, pero todos se negaron, pues están descansando en su día, el del "Músico mal pagado"... nos extrañamos de tales reacciones, pero están en su derecho. Por eso nos conformamos con los cidiceros.

Pasado el mediodía, momento en que un grupo de poetas, incluídos en esta efeméride se disponía a declamar un poema conmemoratorio, empezaron los problemas. Las promotoras que engalaban el lugar y que servían de guías a las personas que iban llegando para ubicarse en la fiesta se alzaron, y reclamaron ser incluídas en el feriado, lo cual, se tuvo que aceptar. Nada peor que 100 bellezas rabiosas.

El caos iba ganando. Las amas de casa que se encontraban en el lugar se dieron a greñazos con las promotoras, porque sus respectivos maridos no paraban de desnudarlas con la mirada. Eso si fue curioso: los buzos no libraron este día. Corrieron ríos de rímel y tinte amarillo por doquier. Horrible.


La policía que estaba haciendo la cola para comer el chorizo que quedaba no movió ni una pestaña: si, si, si, es su día, lo sabemos. Aunque realmente debe ser para ellos el día del negligente. Por tal motivo no llamamos ni a la Guardia Nacional, no sea que se defiendan de la misma manera...

Los chismosos, como están de día libre, no pudieron avisar a tiempo que los carteristas, matones, malandros, encapuchados, marchistas, revoltosos y afines aprovecharon para hacer desastres en el resto de la ciudad. Tienen derecho a hacerlo por ser su día, gritaban mientras saqueaban sin afán, con toda calma. Nos enteramos por el olor a caucho quemado que rodeaba nuestro evento.

Otros que participaron en aquellos disturbios fueron los drogadictos, pero sin ningún tipo de estímulo positivo. Estaban molestos y con una mona espantosa porque sus distribuidores estaban libres. A todas estás los pobres asistieron a los bancos a retirar grandes cantidades de dinero, así no fuera suyo, pues también es su día.

Tuvimos que recurrir a unos porteros de discoteca e instructores de gimnasio para que organizaran la seguridad del evento, pero por desgracia no duró mucho. Se pelearon con los peluqueros que asistieron porque le hacían chistes a los policías sobre el chorizo que comían, chistes que les hicieron mucha gracia...

Fue una pena. En medio de todo este embrollo, llegaron los medios de comunicación. Pero los alternativos, no los de siempre, que se encontraban descansando. Dos tipos con unas handicam, tres con grabadoras, uno con un celular y un gordito con una laptop "pada zubir dos videos a Yu-Tub", dijo.


Y lo que faltaba: llegaron los buscapeos de oficio a unirse a la sampablera, pues es su día. Tiraron de todo, las mesas, los tarantines, las cornetotas, molestando a los hippies, que le dieron el día a su forma de ser y se rebelaron totalmente, a los que se les unieron los recogelatas, pensando que los suyos estaban luchando, arrojando aluminio con olor a cerveza por todo el lugar. Los únicos que parecían pasarla bien eran los anarquistas, que aplaudían todo aquel despelote.

Aprovechamos los medios para hacer un llamado a los entes gubernamentales, para que actúen y detengan este desastre. Desistí apenas me recordó una periodista que hoy es "el día del corrupto y el inepto" día que hará que muchos, muchos no se muevan de sus camas.

¿Y qué piensa hacer? ¿Porqué pidieron un día libre para todos? Me preguntaban una y otra vez, y yo, en vivo, sólo movía la cabeza de izquierda a derecha, cabizbajo, pensando que hacer. Llegué a reaccionar cuando me preguntó el gordito: "Pana, ¿y tú que hazez? ¿Qué día zedebraz tú?" Marqué la milla en un despiste de toda esa gente, con pena. Aún no sé si se puede celebrar el día del Sin-Oficio...

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