El Peñón

La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural.

Federico Fellini


El tiempo pasa como la piedra que llega de la mano al vidrio... volando. Pasó incluso nuestro cumpleaños y ni una torta de granito nos hicimos.

Hemos vuelto como el desborde de una montaña con piedras nuevas y más pesadas, asegurando que se nos vienen encima, no sólo las tan sonadas elecciones sino actualizaciones más regulares y menos telarañas de abandono para nuestro querido espacio piedrístico.

Gracias a todos por su (des)espera(ción) y esperamos que este cargamento de escritos sea de su agrado. o que por lo menos sea un chichón para su cabeza.

Las venideras elecciones están hasta en la sopa... y como no, en Tiralapiedra! así que lean y voten por su candidato favorito lanzando una piedra, pero no al monitor por favor, recuerden que es una metáfora.

ACLARATORIA:

En Tiralapiedra queremos negar rotundamente cualquier tipo de conexión real, espiritual, ética, virtual o moral con los grupos subversivos que toman la tiradera de piedras como su actividad principal, así como cualquier tipo de relación con la droga llamada Piedra, así como cualquier nexo con el extinto partido del Conde del Guácharo, así como cualquier unión con la antiquísima Piedra de Rosetta.

De igual manera no nos haremos responsables por corazones, egos y vidrios rotos en la existencia de esta publicación virtual.

Les aseguramos nuestros contenidos tienen un índice de 0.0001% de trascendentalidad para sus vidas. Por tanto serán de beneficio para su salud mental.

Gracias por su visita (sea voluntaria o accidental) de parte del equipo de piedreros: oMar-Mota y Vickys-Térica


Marimar por Moymoy Palaboy

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Como todos saben, soy adicta al pensamiento (mayoritariamente inútil) y las disertaciones intrascendentales, por lo que, aquí les dejo esta serie de pensamientos filosóficos, astrológicos, psicológicos... demagógicos. Saludos!

Sentada en un autobús camino a mi casa observé una situación que me llevó a escribir estas disertaciones. Con la mente en otro lado y la mirada fijada entre el parabrisas del vehículo y el tubo del que se sujetan los pasajeros, noté como una mujer (de unos 32 años y vestimenta informal) se subía dificultosamente al transporte público a causa de una gran bolsa que acarreaba en su otra mano. Raudo y veloz (al igual que mi sorpresa) observé como un caballero se levantaba de su asiento con una amplia sonrisa cediéndole ese asiento "privilegiado" a la antes mencionada joven. Por la manera en la que sonrieron, cualquiera podría fácilmente deducir que entre ellos había algo, y de no ser así, evidentemente era algo que ocurriría en cualquier momento.

Lamentablemente, para todo aquel que este pensando que lo que viene es una historia de amor, dolor y bodas, este asunto fortuito (y aparentemente mágico) no es el centro de mi historia, la verdad es que, pensando un poco en la reacción de ambos personajes mi mente comenzó a maquinar preguntas, respuestas y conjeturas, llevándome (para variar) a otra cosa que no guarda mucha relación con la idea principal. El caso es que, este joven cedió su lugar con aparente convicción e incluso con cierto placer, cosa que no es probable observar en esta ciudad llena de "egoístos" y "egoístas", como por supuesto suele suceder en las ciudades "civilizadas", "urbanizadas" o como diría mi querida mafalda, en nuestra "zoociedad"; por lo que deduzco que había alguna otra razón intrínseca y mas acorde con nuestro día a día. Según algunos psicólogos, todos y cada uno de nuestros comportamientos sociales son ejecutados con un interés personal. No se que tan cierto sea esto y a que porcentaje de la población arropa pero el caso es que aquel joven seguramente cedió su puesto para agradarle mas a la chica de la súper bolsa, a si mismo y (¿por qué no?) a alguna otra chica del transporte público.



Ahora bien, imagínense solo por un segundo que pasaría si nuestras buenas acciones fuesen casi inmediatamente resarcidas de forma muy generosa y en un corto lapso de tiempo. Al pensar esto, mi mente, olvidando al caballero, a la joven y a su bolsa (si, las dimensiones de dicho objeto le proporcionan un protagonismo dentro mi historia, convirtiéndola en un personaje importante dentro de la trama, con sus complejidades y necesidades dramáticas) que imponente obstaculizaba el libre tránsito de los pasajeros, para avocarme de lleno en dicho planteamiento y sus muchas consecuencias. Imaginemos por un momento que de este modo se maneja el mundo: Le cedes el asiento a una anciana y a los 10 minutos encuentras una faja de billetes de 20 bsF en el suelo. Un señor ayuda a un invidente a cruzar la avenida y tres cuadras mas adelante una rubia veinteañera le pica el ojo.

Ahora imaginen que le ponemos reglas, supongamos que el nivel del "sacrificio" es directamente proporcional a la recompensa, a mayor sacrificio, mayor bonificación. Es una idea bastante extraña pero podría decirse que quizás sería un mundo mas noble ¿no?. He ahí nuestra disyuntiva ¿sería realmente un mundo mas noble o sencillamente un mundo menos hipócrita? ¿Sería mucho pedir que dentro de las reglas agregásemos otra cláusula?; "Dicha acción debe ser realizada de corazón, sin esperar absolutamente nada a cambio", hmmm, creo que se nos complicaría la cosa ¿como el individuo, a sabiendas de la posible bonificación, realizará la buena acción solo por el simple hecho de ayudar a su prójimo? Creo que esta disyuntiva generaría un corto circuito interno, generando catastróficos efectos secundarios, por lo que, dejaremos solo la regla de la bonificación, omitiendo las disertaciones entre el bien y el mal tan intrínseca al cristianismo y a los asuntos teológicos en general. Por un momento podría pensarse que viviríamos en un mundo más noble, más dadivoso, mas tranquilo. Sin embargo, no contamos con la astucia (¿o debería decir estupidez?) del género humano y su capacidad para convertir un asunto sencillo en materia compleja.

Como lo veo, me imagino nuevamente al señor a punto de ayudar al invidente a cruzar la avenida y de repente, alguien lo toma por el hombro y lo hala hacia atrás, perdiendo éste el equilibrio, mientras en cámara lenta observa como otro hombre, mas joven y ágil toma rápidamente el lugar que pretendía ocupar él. Faltando poco para llegar a su destino, nuestro nuevo caballero es tacleado por otro, que aparece de la nada para robarse el show, mientras el primer hombre se levanta y lo intenta de nuevo. A todas estas, el señor invidente logró cruzar la calle y se dirige a su vehículo sin reparar en el alborto que ha causado su estado de “limitación física”. Queda establecido que con esta nueva ley, el mundo no sería mas justo, ni mas noble, pero lo que si queda claro es que sería un lugar mas gracioso en el que vivir, donde las ancianas no solo obtendrán puesto en todo sitio público al que se dirijan, sino que probablemente espectáculos gratis en el que mucha gente literalmente “se matará” por ayudarla.

...La piedra completa aquí...

Al margen

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Y luego de nuestra olímpica desaparición, hemos reaparecido con varios escritos nuevos y con las piedras bien puestas para mostrarles que somos lentos pero seguros y que aún queda mucha piedra por cortar. Saludos!!!

Al margen

Para el venezolano promedio, ser llamado marginal representa la peor humillación social y por lo tanto uno de los peores insultos dentro de nuestro rico léxico coloquial. Nosotros como elementos pertenecientes a una sociedad compleja, superficial, alienada y mayormente tonta, nos regimos (en su mayoría) por "el que diran" y el "mientras mas tengo, mas soy" lo que nos coloca un escalafón mas cerca del "idiota promedio" y mas lejanos de un ser humano genuino y sobre todo conciente de su individualidad.

La palabra "marginal" se usa como insulto de un tiempo para acá, sin embargo la definición original nos da una idea mas clara del porque REALMENTE duele tanto ser llamado asi. La real academia, en su tercera definición de "marginalidad" la coloca como: "falta de integración de una persona o colectividad en las normas sociales comúnmente admitidas" mientras que los sociólogos lo definen como: "individuo o grupo que se encuentra al margen de la sociedad". Ninguna de estas definiciones nos deja claro la gravedad de tales palabras hasta que llegamos al origen primario de la misma, creada por economistas para denominar a las personas que no participaban dentro del juego económico activo, aquellos que no podian obtener bienes y servicios, personas sin poder de adquisición, mejor conocidos como pobres. Hemos dado en el clavo de este asunto, al venezolano, coprófago por naturaleza, le pueden decir feo, mal vestido, tonto, antipático pero nunca pobre, "tierruo", "pata en el suelo" y demás calificativos despectivos que suele ir acompañado de la imagen mental de una persona de clase baja y que muchos siquiera consideran personas. Todos los insultos anteriores pueden resumirse en uno solo, marginal, porque, contrario a las definiciones especializadas, ser marginal para un venezolano es ser inferior, tener mal gusto y no saber comportarse.


En resumidas cuentas y ya dejando un poco de lado todo este asunto político/social, les comento que he estado realizando una pequeña investigación de situaciones que se ajustan al calificativo de "marginalidad" al mejor estilo venezolano y las he ordenado por categorías para su disfrute y bochorno; los invito a bajar unas líneas y dejarse impregnar por estas situaciones con las que convivimos día con día en el devenir venezolano.

Marginalidades viejas: Esas que llevamos viendo en el país hace añales, esas situaciones de las que tu abuela se quejaba a nuestra edad y que aun persisten, pasando de generación en generación, inmortalizada para la posteridad... que bonito!

-Hacerse el dormido para no darle el puesto a la señora mayor o la joven embarazada: Resulta inclusive gracioso observar como un tipo que hace 10 segundos observaba con los ojos bien abiertos la anatomía de la rubia parada frente él cae "dormido" de repente, casi como si hubiese entrado en un estado de coma profundo del que no logra "salir" ni con los azotes del brusco movimiento del autobus apenas divisa a una anciana o una mujer embarazada arribar al medio de transporte.

-Botar basura en la calle: No logro entender como alguien puede botar latas, potes, bolsas e incluso conchas de frutas a la calle como si nada, creo que de todas, esta es una de las cosas que mas me molestan.

-No responder a los saludos de cortesía: Increíble pero cierto, no se si a todos los que me ha tocado saludar han sido mudos, sordos o solamente idiotas, pero no hay modo de que ciertos personajes respondan de manera espontánea a un cortes "buenos días". En ocasiones se me ha ocurrido que quizas les paguen por cada persona ignorada, o les descuenten dinero por saludar decentemente a otro ser humano... todo un misterio la verdad.

-No dar paso ni sostener una puerta para otro ser humano: Yo estoy por pensar que son personas con problemas visuales por lo que no notan cuando uno va pasando o cuando te tiran la puerta encima, pobrecitos, de seguro han de tener cataratas o algo similar, es una lástima, pobre gente.

Marginalidades nuevas

-Escuchar reggeaton, vallenato y/o cumbia a todo volumen con el celular en el metro o autobus: ¿Quien les dijo a ellos que a todo el mundo le gusta el reggeaton y/o vallenato a todo volumen? por favor, alguien que les muestre unos audífonos y los ahorque con ellos.

-Ser moreno, ponerse lentes de contacto azules y/o verdes y decolorarse el cabello, bigotes y/o vellos de los brazos: debo decirlo, los cabellos amarillos le quedan bien solo y exclusivamente a aquellos que nacieron con ese color, en el resto, independientemente del color de piel se ve espantoso y los lentes de colores los hacen ver como alguna especie mutante de humano con serpiente, asi que haganse un favor, quítense eso, nadie se los ha dicho, pero de verdad se les ve horrendo!!!

-Gastarse el sueldo y la caja de ahorros en un super celular y vivir sin saldo: Una sola frase... idiotez crónica.

-Colocar en la parte trasera del vehículo noticias que solo importan al dueño del carro, como por ejemplo: "mi hija pasó al 4º grado" o "mi sobrino ya no tiene conjuntivitis". Amigo, amiga, por favor entiendan, no nos interesa si su hija es zurda o si su hijo pinta bonito, dejen esa información para sus familiares y amigos, colocarlo en el vidrio trasero del carro, se ve absolutamente ridículo.


Clásicos de ayer y hoy: Si si, como los "looney tones", son esas cosas que jamas pasan de moda y jamas lo haran... por desgracia.

-Escupir en la calle: Solo tengo algo que decir: Assssssco!

- Pegarse al claxón como si el ruido estridente de la corneta fuese a disolver la cola: Les tengo una noticia, sé que les parecerá increíble pero es verdad: el ruido de la corneta no es el que disuelve los embotellamientos... no, no se rian, lo digo en serio.

-Pronunciar perfectamente marcas de ropa en ingles pero tener pésima ortografía en castellano: Es que, es lógico pues, es más difícil pronunciar "estrouberri cheik" que escribir correctamente "haber" y por supuesto da más "caché".

-CaZar un/a extranjero/a con el/la que caSar al/la hijo/a para asi poder "mejorar la raza": Me encanta ver la cara de los abuelos y los padres cuando el niño les sale "morenito" y todos con cara de desconcierto se preguntan: "¿pero que pasó?", es casi poético, es casi irónico, es mas que perfecto.

Marginalidades que comentemos todos: Si, aunque no queramos admitirlo, algo de todo eso se nos queda pegado y a veces comentemos algunas fallas como ciudadano modelo, fallas de las que estoy segura, no estamos para nada orgullosos.

-Comerse la luz: Esas cosas que guindan de los postes con aquellos alucinantes y graciosos colores tienen una utilidad diferente a la de solo entretenernos con su juego de luces... en serio, no se rían, es cierto, se los juro!

-Cruzar a mitad de calle: Al igual que la extraña caja que guinda de los postes, esas líneas pintadas en el suelo de cada una de las esquinas no son decorativas (como pensaba yo de niña), tienen una utilidad... nuevamente, no bromeo, es en serio, pregunten en su casa y veran que es cierto.

-Hablar por celular mientras maneja: El manos libres es un artefacto no solo para el "paveo" de los "malandros" (no se que tiene de interesante tener un cosito negro pegado al oido para parecer portero de discoteca pero, ellos sabran) es para esos casos específicos, ustedes saben, la idea es dejar las-manos-libres para poder maniobrar el volante con mas comodidad.

Conclusión: Ser marginal no es vivir en un barrio o no tener dinero, ser marginal es no tener sentido común ni conciencia ciudadana, por lo menos en cuanto a la concepción venezolana del término, asi que cuando veas a alguno de estos personajes, dícelo, quizas cuando se de cuenta de lo que es, ocurra un milagro y se vuelva gente.

...La piedra completa aquí...